México enfrenta su mayor reto financiero: construir infraestructura que habilite acceso real
La PNIF 2025–2030 revela que la inclusión no depende de más productos, sino de rails interoperables y sin fricción.
La nueva Política Nacional de Inclusión Financiera (PNIF) 2025–2030 expone con claridad un desafío estructural: México ha avanzado en acceso, pero no en adopción. Aunque el país registra niveles de conectividad superiores al 80%, la mayoría de las interacciones cotidianas siguen fuera del sistema financiero formal. De acuerdo con el documento, 85% de las compras pequeñas se realiza en efectivo, 56% de los adultos recurre al ahorro informal y apenas 8% hace aportaciones voluntarias a su AFORE. Estas cifras subrayan que la brecha ya no es tecnológica, sino operativa.
El reporte, difundido en diciembre de 2025, destaca que el problema central no es la disponibilidad de herramientas digitales, sino su incapacidad para integrarse de forma natural a la vida diaria de millones de personas. La fragmentación, los procesos manuales y la falta de interoperabilidad continúan frenando la transparencia y la eficiencia económica.
En este diagnóstico, la PNIF establece que el reto del país se concentra en crear infraestructura financiera que funcione sin fricción. Como señaló Tomás Mindlin, CEO y cofundador de tapi, en el comunicado:
“La PNIF deja claro que el verdadero desafío está en construir infraestructura que funcione para todos: interoperable, sin fricción y donde el usuario no tenga que cambiar sus hábitos para participar del sistema financiero.”
Dentro de este marco, actores de infraestructura como tapi pueden desempeñar un papel relevante al permitir que bancos, fintech, empresas y gobiernos integren pagos, cobros y ahorro directamente en las aplicaciones que la población ya utiliza, sin obligar a migrar de canal o modificar patrones de uso.
La PNIF identifica tres áreas donde la infraestructura será decisiva:
Ahorro formal.
Digitalizar aportaciones voluntarias a las AFORE desde montos mínimos, disponibles 24/7 y dentro de apps cotidianas, puede reducir la dependencia del ahorro informal.Pagos digitales accesibles.
Simplificar la aceptación de pagos electrónicos y eliminar fricciones contribuiría a disminuir el uso del efectivo en operaciones diarias.Automatización de pagos recurrentes.
Modernizar cobros de servicios públicos, educación y obligaciones financieras ayuda a que las cuentas bancarias se utilicen más y de manera constante.
La PNIF plantea así un rumbo inequívoco: México necesita rails modernos, interoperables y accesibles para habilitar un sistema financiero más seguro y conectado. El documento es contundente: el efectivo domina, el ahorro formal sigue rezagado y los procesos manuales continúan limitando a millones. Pero también señala una oportunidad histórica. La infraestructura que el país construya en la próxima década definirá quién accede, quién ahorra y quién participa plenamente de la economía digital.



