EE.UU. reduce impuesto a remesas: un freno menor, una oportunidad mayor para las fintech
La nueva versión del impuesto a remesas bajó a 1% y aplica solo a envíos en efectivo. Acelerará la digitalización, pero también plantea riesgos.
Lo que comenzó como una polémica propuesta de Donald Trump para imponer un impuesto del 5% a las remesas enviadas por no ciudadanos en EE.UU., terminó diluido en un gravamen más acotado del 1%, pendiente aún de firma presidencial.
La medida, parte de la "One Big Beautiful Bill Act", fue aprobada por la Cámara de Representantes en mayo de 2025 con una tasa reducida de 3.5%. Sin embargo, tras llegar al Senado, el impuesto fue recortado a 1% y restringido exclusivamente a remesas enviadas por medios físicos: efectivo, money orders o cheques de caja. Las transferencias electrónicas, realizadas desde cuentas bancarias estadounidenses o mediante tarjetas, quedaron completamente exentas.
En su versión actual, el impuesto afectaría principalmente a migrantes sin acceso a servicios bancarios o digitales, lo que representa una minoría, pero una especialmente vulnerable. Si se promulga, entraría en vigor el 1 de enero de 2026.
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